Nos alienta en nuestro empeño la lección que las ciudadanías, en buena parte integradas por jóvenes, le brindaron al país en el momento cuando todo el proceso de paz parecía haberse derrumbado. Nos referimos al movimiento posterior al Plebiscito que alcanzó en las manifestaciones del 5 y del 12 de octubre de 2016 sus expresiones más impactantes.

Manteniendo ese espíritu, hoy advertimos la urgencia de rodear la causa de la paz, así como de exigir el cumplimiento de los acuerdos firmados solemnemente en el Teatro Colón, además de rodear y hacer viable el proceso que se lleva en Quito. Convocamos por ello a realizar el Congreso Nacional Regional / Nacional de Paz el 27 de abril en Cauca, Nariño, Norte de Santander, Antioquia, Santander, Atlántico, Boyacá, Córdoba, Tolima, España y Zonas Veredales Transitorias de Normalización y el 29 de abril en Bogotá.

La paz que el país necesita demanda hoy su apropiación social, la cual pasa por sentir, pensar y participar en la transformación de la vieja realidad violenta. Por ello convocamos a una amplia y profunda deliberación pública sobre los temas que permitan incidir eficazmente en la construcción de la paz, objetivo que necesita colocar en el centro a las víctimas y sus derechos a la reparación, la verdad, la justicia y las garantías de no repetición.

Es tiempo de abrir espacios de encuentro de lo plural y diverso que la sociedad colombiana alberga. Está en la agenda pública el diálogo que permita la superación del largo capítulo de la violencia política y que contribuya a afianzar el acuerdo alcanzado, y a incidir en la elaboración y aprobación de los acuerdos faltantes. Todo ello echará la base sólida de una paz completa, estable y duradera.

Hoy denunciamos la ofensiva del paramilitarismo que viene cobrando centenares de víctimas y sembrando el terror en comunidades en diversas zonas de la geografía nacional, víctimas que proceden de los colectivos de defensores de los Derechos Humanos, de miembros de las Juntas de Acción Comunal, de formaciones políticas alternativas, de activistas de las luchas por 

el medio ambiente, de dirigentes campesinos y luchadores por la restitución de las tierras.

El congreso luchará por levantar el más decidido clamor por el derecho a la vida. No se podrá hablar de Colombia como país democrático mientras sigan siendo asesinados hombres y mujeres por razones políticas o por la defensa de sus derechos sociales y étnicos. El Congreso Nacional de Paz se concibe como un escenario de diálogos incluyentes, que requiere la mayor creatividad y fuerte voluntad de todos y todas en la conciencia de estar entrando al umbral de una democracia real acogida por el conjunto de la Nación.

Este Congreso es convocado por una convergencia de ciudadanía, los movimientos sociales urbanos y rurales y amplios sectores políticos, en alianza con instituciones de educación, que con sus capacidades institucionales y académicas son una garantía de éxito de este empeño histórico. Es convocante también el movimiento cultural y artístico como componente fundamental en la creación de una nueva y enriquecida cultura democrática y de paz.

Alto objetivo del Congreso Nacional por la Paz será el de lograr, mediante el más amplio diálogo plural, un Pacto Nacional por la Paz que implique el repudio definitivo al uso de las armas y al empleo de la violencia en el ejercicio de la política. Amplio consenso encaminado a fortalecer un Estado de Derecho y un sistema político efectivamente democráticos que hagan posible el monopolio legítimo de la fuerza, garantía de la reconciliación entre los colombianos y del avance substancial de la justicia social.

Es un Congreso Nacional Regional / Nacional que ve lo nacional desplegado en la diversidad y peculiaridades de sus regiones y ámbitos locales. Se convoca a deliberar sobre las temáticas urgentes:

• Garantías presentes y futuras para la construcción de paz y accionar social y político. Asesinatos de líderes sociales. Medidas eficaces para desmonte del paramilitarismo y prohibición constitucional del mismo.

• Cumplimiento e implementación del acuerdo con las FARC. Conformación en todos los territorios de una veeduría permanente del cumplimiento de los acuerdos en cada uno de sus puntos, con particular énfasis en la implementación territorial del punto 5 sobre el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición.

• Apoyo y participación en la mesa de conversaciones entre el Gobierno y el ELN. Necesidad del cese bilateral de fuegos y acuerdo humanitario.

Análisis del contexto político y social general en relación al proceso de paz y a la construcción de un pos-acuerdo democrático

La deliberación pública nos permitirá proyectar los acuerdos de La Habana, coadyuvar a la culminación de las negociaciones entre Gobierno y ELN y a examinar ideas y modalidades de organización, de movilización e iniciativa que proyecten el espíritu y los acuerdos del Congreso de Paz y que contribuyan a crear el clima de convivencia y reconciliación a partir del rol fundamental que tienen las instituciones educativas en la construcción de la paz y la reconciliación.