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El Pregonero Barrial: órgano informativo del barrio Bellavista y la zona Norte de Bello 1986- 1989 /2001-2002

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Por Viviana Mazón / Bibliotecas A la Calle - Casa Cultural Botones

“Saludos amables lectores. De nuevo en el barrio y en el sector se hace presente un periódico, un nuevo periódico: EL PREGONERO BARRIAL, el cual nace a partir de la inquietud de algunas personas del barrio y del sector, de establecer un órgano de información y de comunicación entre los habitantes; dónde puedan expresar sus inquietudes frente a cualquier temática o problema que los afecte, ya sea como barrio, como municipio, o como individuos, escribir sus inquietudes, sus angustias, sus poemas, sus alegrías, sus proyectos y en fin, todo lo que quieran expresar…”

El Pregonero Barrial: órgano informativo del barrio Bellavista y la zona Norte de Bello, N°1, 1986

Cuenta la leyenda que por allá en 1986, cuando nacían muchos y se criaban pocos, cobró vida el Órgano Informativo del barrio Bellavista y la Zona Norte de Bello: EL PREGONERO BARRIAL[1], un medio de comunicación popular con un profundo sentido de denuncia y organización comunitaria impulsado por un grupo de muchachos y muchachas del barrio, que cuando salían de las clases del colegio (los más peques del grupo), se iban al conspire periodístico. Valga decir que tan creativo nombre, salió del ingenio de la gente que entre 18 nombres propuestos por ellos y ellas mismas, eligieron este como ganador.

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Del Pregonero salieron 20 números inicialmente[2], financiados con los aportes de los y las vecinas, la monedita en el tarro de galletas tras cada entrega hecha en colaboración de los y las niñas que no veían la hora de subir y bajar cuadras entregando el periódico y recogiendo denarios. Se financió también con los aportes publicitarios en el periódico, hechos a mano y con fina caligrafía cursiva: El Pilón de la 70, Carnicería Carleya: calidad y peso exacta, lo atendemos con gusto y los mejores precios; Granero Los Cuadritos, Heladería Los Chinos, Cafetería El Campesino; Almacen Luis Iván: bajos precios, largos plazos; Mercados El Puerto: siempre dispuesto a servirlo y atenderlo…

En cada número se podían encontrar biografías que destacaban a la “Gente de nuestros barrios”, quién era Francisco Monsalve el presidente de la acción comunal del barrio San Gabriel, o “La Polla” el del chuzo revueltero al frente de don Marcos y el taller de motos, o don Lázaro Vanegas, uno de los vecinos más conocidos y con más antigüedad en el barrio…

 

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No faltaban nunca las “Notas de los barrios”, la sección privilegiada para las denuncias, anuncios, quejas y reclamos a la ciudadanía y la municipalidad… “Cómo está de cara la vida! aquellos jóvenes que se mantienen pidiendo plata: primero pedían $10, luego $20, y ahora $50: y como si fuera poco, piden el aguinaldo, UUHH, que tal si ellos se dan cuenta lo difícil que le es a la gente conseguirse este dinero, para saber que termina en manos de los vendedores de “bazuka”.

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Humor, caricatura, deportes, pasatiempos, poesía, cuentos, reflexiones, entrevistas; este órgano informativo no solo existía gracias al aporte económico de la gente del barrio, sino fundamentalmente a la generosidad de su palabra: “Atención: le avisamos a nuestros lectores que pueden seguir dejando sus artículos y correspondencia al buzón del pilón. Este buzón se instalará nuevamente allí”.

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De hecho, si bien es fascinante ver con los ojos de hoy un periódico hecho hace más de 30 años a punta de collage, máquina de escribir, dibujos y títulos hechos a mano o con plantilla de stencil. Si bien encanta estéticamente ver el cuidado con el imitaban a punta de lapicero los logotipos de las tabernas financiadoras, lo que más impacta de este Órgano informativo, es aquello que Diana Taylor nombra como el performance, digamos el detrás de cámaras, las interacciones, las transformaciones por las que pasó cada persona que de alguna manera hizo parte de este artefacto de papel…

La existencia del Pregonero es, para mi, una huella de aquello que hoy parece mítico, utópico, lejano, el “tejido comunitario”. Escuchar hoy a los muchachos cincuentones hablando de las noches trasnochadas de chorro y diagramación, de la gente enviando sus escritos para el siguiente número, pidiendo apoyo para denunciar los problemas más evidentes pero ante los cuales la administración municipal siempre era indiferente. Escucharles hablar sobre las bibliotecas comunitarias que este grupo de jóvenes (ahora cuchos y tinteros), contribuyeron a impulsar a través del comité de educación imprescindible para el proceso o escuchar sobre la Coordinadora de Barrios CoBa que surgió gracias a este impulso de la palabra popular. Imaginar el barullo fiestero, el ¡buenos días vecina, llegó el Pregonero!.

Imaginar las caras de la gente buscándose entre líneas, más aún, imaginar que en estos periódicos habita el espíritu de una época, de un barrio, de un municipio como Bello, donde pasar de los 15 años era casi milagroso, eso es lo desbordante. Cuánta valentía, terquedad, cuánta esperanza y cuánto amor por la vida, la justicia y la libertad debe cabernos en el cuerpo para arriesgarnos a defender tanto con tan poco. Cuánta creatividad seguimos necesitando para cambiar el orden de las cosas todos los días, porque pese a los muchísimos esfuerzos y logros, la tarea libertaria es permanente, la misión de juntarnos, cuestionar, transformar, reclamar y defender lo justo es reto constante, para no perder lo ganado, para no acostumbrarnos a lo que toque, para no volvernos una quimera del eterno retorno.

Habrá muchas maneras de acercarse al Pregonero, muchas miradas posibles, muchas inquietudes diversas frente a sus formas, contenidos, frente a cómo se hacía y por qué dejó de existir. Los peligros, las luchas, renuncias, miedos, aventuras. Esta nota es solo una invitación a conocerle e indagarle. Encontrarán aquí una versión en PDF para su descarga y disfrute, de los únicos ejemplares existentes pues hasta las planchas originales tuvieron que desaparecer y si se preguntan por qué, les invitamos a conversar el próximo 14 de abril a las 7:00 p.m. en Casa Relato con algunos/as de los y las Pregoneros/as que todavía andan por allí dando lidia, aunque curiosamente ninguno/a salió periodista.

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Un agradecimiento y reconocimiento a quienes dejaron estas huellas Pregoneras para que otros/as nos desviáramos del camino de las certezas y nos pudiéramos llenar de más preguntas: Larry, El Cura, Elvia, Rodrigo, Ferney, Tavo, Papas, Fredo, Martha, Fredy, Beatriz, Beto, Argemiro, Liliana y la larga lista de querientes impulsores de este proceso de periodismo popular para la construcción de tejido social. 

 

Descargar pdf

[1] EL PREGONERO BARRIAL buscó retomar la experiencia del periódico EL COMUNERO, un órgano informativo, que si bien logró ganarse un espacio dentro del barrio, no logró tener continuidad. (Editorial, Pregonero Barrial N°1)

[2] Durante el 2001- 2002, Beto, uno de los compañeros del Pregonero Barrial en su primera versión, impulsó El Renacer del Pregonero junto con algunos otros/as compañeros/as como Luz Marina Calle, Teresita López, Elizabeth Sierra y Joaquín Cataño. Lograron sacar ocho números, esta vez con diagramación digital.

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